Este viernes 14 de mayo, el Instituto Boliviano de Investigación Forestal inauguró su oficina en la localidad Ascensión de Guarayos, provincia Guarayos, en el departamento de Santa Cruz. 

Guarayos es un bosque húmedo subtropical de donde sale casi el 50% de toda la madera que se comercializa en Bolivia; y donde el IBIF trabaja con el apoyo de Tropenbos International, a través del proyecto Working Landscapes Program, en el que se busca mantener conservado el paisaje de este territorio. 

“Esta zona es muy importante porque tenemos más de 1.200.000 hectáreas bajo manejo forestal y que están siendo administradas por 111 organizaciones forestales comunitarias”, indica el Coordinador General del Proyecto y experto en manejo de recursos naturales renovables, Ing. Eduardo Quiroga.

Se realizaron eventos de inauguración junto a las organizaciones forestales comunitarias guarayas en los que se socializaron los resultados del trabajo de la gestión 2020, se hizo entrega de todos los materiales elaborados junto a las organizaciones, entre esas por ejemplo, sus planes de negocio, y se explicaron los pilares de trabajo para este año. 

Una de las estrategias principales del proyecto es que las personas que componen las organizaciones forestales comunitarias y pertenecen al grupo étnico Gwarayu, reciban capital a través del aprovechamiento sostenible y responsable de sus recursos forestales. Por lo que el IBIF se involucra en el fortalecimiento de las capacidades de los indígenas para que, al tener un sustento económico y sostenible, sigan conservando los bosques. 

“Si no conservamos el bosque, no hay control por ejemplo en quemas, deforestación o madera ilegal. A veces las empresas no cuidan el bosque, en cambio nosotros sí lo hacemos y además beneficiamos a las familias de Urubichá”, indica Roberto Caguaepia, representante legal de la Asociación Indígena Silvicultores Urubichá. 

El objetivo de abrir una oficina con base en Guarayos es lograr un contacto directo y constante con estas comunidades para lograr mejores resultados en la conservación. 

“Para trabajar con territorios indígenas y lograr verdaderos cambios, debemos tener un contacto directo con las personas e instituciones involucradas”, agrega Quiroga.

Por su parte, el profesor Rolando Quisbert, miembro de la Asociación Forestal Indígena Ascención, explica que la oficina en Guarayos será de gran ayuda para colaborar de forma más rápida y eficiente. 

“A nivel nacional, la deforestación está destruyendo nuestros bosques. Gracias a nuestro plan de manejo hacemos un manejo sostenible con el apoyo del IBIF para así proteger mejor nuestro territorio”, agrega Rolando. 

El espacio fue contemplado para estar al servicio de las organizaciones forestales comunitarias. Se realizarán capacitaciones para lograr una mayor comprensión de lo que es un territorio comunitario y fortalecer consciencia para cuidar sus recursos. Además se lo utilizará como centro para recuperar la información de todas las organizaciones forestales comunitarias, mejorar sus procesos, empoderarlas y tenerla a su disposición. 

Guarayos es una de las principales zonas productoras del país donde 3330 familias guarayas se benefician de la venta directa de la madera. Además, el movimiento de las operaciones forestales y la cadena productiva generan mano de obra para aproximadamente 4477 familias. 

Sin embargo, su importancia no sólo se concentra en lo económico, ya que Guarayos tiene una riqueza abundante de flora, fauna y espacios de bosque que aún no tienen intervención humana. 

“Es importante proteger los territorios indígenas y la naturaleza porque de ella vivimos, no sólo por el oxígeno, sino también para que nuestros hijos y nietos puedan en un futuro disfrutar y aprovechar de ella como nosotros”, dice Jenny Iraipi, miembro de la Asociación Forestal Indígena San Juan. 

Si se realiza un análisis de imágenes satelitales, se puede evidenciar cómo los planes de manejo forestal están frenando la deforestación. Desde la ciudad de Santa Cruz hasta Guarayos está prácticamente deforestado, pero por otro lado, los planes de manejo forestal sostenible no llegan ni al 1% de la deforestación total en el país. 

“Los planes de manejo son una barrera para frenar la deforestación, mejorar la calidad de vida de los indígenas dueños de estos territorios y conservar la biodiversidad y riqueza de los bosques bolivianos”, finaliza Quiroga.