En el Día Internacional de la Juventud, compartimos algunos resultados de una investigación que genera recomendaciones para las comunidades, las organizaciones de cooperación y los formuladores de políticas públicas, sobre cómo se pueden mejorar los vínculos entre los jóvenes, la comunidad y el territorio.
La investigación, está centrado en un estudio de caso de jóvenes del Territorio Indígena de Lomerío (Región de la Chiquitania) que aporta a nivel internacional un buen ejemplo y aprendizajes sobre los tipos de espacios que se debe crear para que las y los jóvenes ejerzan la gobernanza territorial y expandan sus roles dentro de sus comunidades.
María Paula Sarigumba, autora de la investigación, encontró que Lomerío representa un caso atípico en comparación a experiencias en otros países, resulta instructivo – para las comunidades indígenas y otras comunidades rurales – puedan encontrar una manera para que sus jóvenes participen más activamente en la gobernanza territorial local.
“Lomerío muestra la importancia de contar con normas y prácticas comunitarias que valoran a los jóvenes, que ayudan a crear un espacio abierto y acogedor para que puedan funcionar dentro de la esfera comunitaria y se convierte en pionero para desarrollar iniciativas y estrategias que realmente involucren a la juventud” María Paula Sarigumba
La investigación muestra que en la TCO Lomerío, la juventud participa en actividades comunitarias con varios niveles de involucramiento, comenzando en los campos (los chacos) y extendiéndose a reuniones y asambleas comunitarias. Por lo tanto, toman conciencia de su cultura participando en actividades comunitarias. Los datos de las entrevistas sugieren que las y los jóvenes de Lomerío son vistos favorablemente dentro de sus comunidades y, en consecuencia, hay espacios disponibles para que expresen sus opiniones e ideas.
A pesar de que Lomerío considera importante alentar a sus jóvenes a adoptar medios de vida basados en la tierra y a integrarse en el uso del territorio y la toma de decisiones, lo hacen en un contexto de desarrollo rural donde la migración, la movilidad y las percepciones de lo que constituye una vida fuera crea ciertos desafíos para tener éxito.
La autora señala que la migración es a veces el resultado y puede ser un precursor del interés limitado de los jóvenes en los asuntos de la comunidad local y en generar un sustento basado en sistemas de vida tradicionales para ellos y sus (futuras) familias.
“La razón más común por la que los jóvenes abandonan sus comunidades es la falta de acceso a niveles superiores de educación. Hay límites y falta de apropiación cultural de la educación local disponible en sus áreas. La comprensión y el conocimiento limitados sobre la tierra, la historia del uso y la tenencia de la tierra, de la naturaleza de su relación (y la de su familia) con la tierra, es una razón por la cual los jóvenes no se involucran ni expresan sus opiniones sobre los asuntos y decisiones territoriales.” María Paula Sarigumba
En contraparte, la autora señala que en Lomerío, algo significativo es que los jóvenes puedan acceder y utilizar la tierra si así lo desean. El hecho de que los jóvenes de Lomerío tengan acceso a tierras productivas ofrece un punto adicional de contraste con otros entornos donde los jóvenes rurales, si se les dan tierras para trabajar, muchas veces tienen acceso a terrenos degradados de valor limitado.
“No se debe pasar por alto la importancia de los chacos familiares y comunitarios, ya que es a través del trabajo en el chaco que los jóvenes construyen vínculos con la tierra, ven las oportunidades que ofrecen los medios de vida basados en la tierra y aprecian la importancia de tener derechos de trabajar la tierra y beneficiarse de ella.” María Paula Sarigumba
A la vez, esfuerzos formales recientes para involucrar a los jóvenes y consolidar sus relaciones con la comunidad, como las actividades que realiza la CICOL, con el apoyo de IBIF, con la realización de talleres de consulta a jóvenes, permite que los líderes comunitarios escuchen a los jóvenes, comprendan sus puntos de vista e intereses, y se den cuenta mejor de los roles que los jóvenes podrían y deberían desempeñar.
“La serie reciente de talleres de participación juvenil y la tendencia emergente de jóvenes profesionales a asumir el papel de caciques son ejemplos de cómo el Territorio Indígena de Lomerío no solo está abierto y acogedor para su juventud, sino también esta consiente de la importancia de empoderar a los miembros más jóvenes de la comunidad para que pasen de participar en asambleas generales a asumir posiciones o roles de liderazgo más activos en asuntos territoriales” María Paula Sarigumba
La autora, a partir de los hallazgos de su estudio, cierra aportando recomendaciones específicas para actores clave en el desarrollo rural: comunidades indígenas y locales, organizaciones y profesionales del desarrollo, y agencias gubernamentales y formuladores de políticas públicas. Recomendaciones que pasan por crear una cultura y un entorno acogedor para los jóvenes, mantener una conexión y encontrar los puntos de entrada apropiados para su compromiso, promover la comunicación intergeneracional, ampliar los roles que podrían desempeñar potencialmente en la esfera comunitaria, desarrollar educación e infraestructura localmente apropiadas para la juventud rural y construir un entorno político propicio para los compromisos de los jóvenes basados en su territorio.
“Con la asistencia obligatoria a las reuniones y asambleas comunitarias al cumplir los 18 años, los jóvenes sienten la responsabilidad de participar en los procesos comunitarios, animados por los padres y familiares. Al ser una parte activa de los espacios de toma de decisiones y otras actividades comunitarias, los jóvenes generalmente se sienten positivos acerca de la comunidad y su lugar en ella. Este sentimiento positivo fortalece aún más su sentido de identidad indígena. (…) La juventud en Lomerío parece estar menos limitada por la naturaleza jerárquica y patriarcal de las estructuras y normas que, según se muestra la evidencia, definen y, a menudo, limitan la integración de jóvenes, mujeres y otros subgrupos en otros lugares.”
“Aprendimos que las condiciones culturales favorables (que ven a los jóvenes de manera positiva) son fundamentales para hacer promover la participación y el empoderamiento de los jóvenes. Este es un hallazgo importante, ya que la mayoría de los trabajos realizados hasta la fecha sobre el empoderamiento de los jóvenes (en administración y gobernanza ambiental) han tendido a centrarse en estrategias de participación y capacitación, en lugar de comprender si los espacios, las instituciones y los procesos comunitarios están “listos” (es decir, ya son receptivos). y promueven la participación activa de las y los jóvenes” María Paula Sarigumba
Una contribución adicional de esta investigación es pedir una visión mucho más amplia del papel de los jóvenes en la esfera de la comunidad (por ejemplo, asumir posiciones de liderazgo) y eso solo puede lograrse tomando en serio las opiniones y los puntos de vista de los jóvenes, brindando el espacio para que hablen, y luego desarrollar sus capacidades y capacidad de incidencia.
En este Día Internacional de la Juventud, cuyo objetivo es conseguir que todas las generaciones entren en acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), realzamos investigaciones como esta, que conducen aprendizajes sobre un entorno sociocultural propicio y abierto a crear roles significativos para la juventud dentro de los sistemas y estructuras de gobierno local